martes, 12 de mayo de 2015

Mi sueño...

Mi sueño…
Les voy a contar el transcurso de mis prácticas docente, pero voy a resaltar una en especial,  la primera institución en la que practique fue Sala de 4 años, Jardín público, nada más y nada menos al que concurrí cuando era niña, donde mantengo los mejores recuerdos  y aun conservo esos amigos que conocí allí, los juegos que realizábamos con ellos en su gran parque con muchos árboles, su  hermosa casa antigua con su aljibe que la caracteriza. Al entrar me sentí invadida de nostalgia, recordando los olores, las mejores historias y el cariño de las señoritas. Pero esta vez era distinto, yo era “la seño” con una realidad terrible, hambre, violencia infantil, una niña integrada; trate que no me desbordara la situación y no perder el propósito de “enseñar” teniendo en cuenta estas características y que eran muy visibles, donde me pregunte ¿es posible que los niños aprendan con este contexto familiar? ¿O con alguna dificultad? Ahí mismo comencé a estudiar Psicopedagogía. Trate de dejar lo mejor de mí hasta que mi hasta que la practica término.
Segunda práctica y sin duda la más significativa Jardín rural, donde ninguna de mis compañeras quería concurrir la distancia y lo que el campo al parecer ofrecía, con mi pareja pedagógica aceptamos el desafío, caminamos mucho por caminos de tierra, saludando los vecinos que más de una vez  nos esperaban para acercarnos a la jardín.
Primer día, contexto de la situación, sala multiedad 2, 3, 4 y 5 años, matricula de 8 niños, hermanos y conocidos de campos vecinos, Directora y Maestra a cargo como docente co-formador y una auxiliar. Pensaba en cómo iba a llevar a cabo mis propuestas,  pero resulto súper interesante como se enriquecían los contenidos tanto para los niños de 2 años como para los de 5 años, con los aportes que ellos realizan y lo que más me atrapo, sus modales, gestos, cariño, sencillez, valores, dedicación, agradecidos  y sobre todo el respeto hacia sus compañeros y hacia mí. Niños que no se encontraban contaminados por el consumismo del mercado y padres comprometidos con la educación de sus hijos.

Me llego el momento de vivenciar por completo la docencia el ámbito rural, en ese momento nos encontrábamos con un paro de auxiliares, tome la responsabilidad de recibir a los niños, preparar su desayuno, acompañarlos al baño, cambiar pañales, conseguir insumos para trabajar, ser profe de educación física, música, entre otros. Sin duda fue la experiencia más enriquecedora y la que si pudiera elegir me iría a vivir al campo, por los niños en zonas rurales, es el día de hoy que los visito y los encuentro en el pueblo y tanto ellos como yo siento que nos recordamos con mucho cariño. Tanto que para mi marco mi carrera docente como mi gran desafío el de enseñar.

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