Ya pasadas las 7:30 a.m;
lista, con nervios y muy intrigada, me disponía a partir rumbo al campo. Dentro
de mí, había un millón de sensaciones contrapuestas que hacían eterno mi
recorrido. Me invadía un sentimiento extraño que hacía que recordase mis años
en la escuela primaria.
Al llegar a la escuela mis
sentimientos se hacían cada vez más fuertes y a la vez iban invadiendo el miedo
y la intriga, ¿qué íbamos a hacer? ¿Cómo nos recibirían? Y sobre todo ¿le
caeríamos bien a la seño y los niños?
Hasta ese momento todo
marchaba bien, izaron la bandera y en forma ordenada entraron al aula, allí la
seño me presentó y comenzó con la clase. Mientras, muy amable, me contaba cómo
era el trabajo, como se manejaban en la institución y demás cosas relacionadas
a la escuela.
Ya próximos a las 10 hs la
seño indicó la salida al recreo y con una taza de café calentito me invitó
a recorrer la escuela ¡Otra vez lo
familiar!, el salón de fiestas, la casita para la maestra, ¿será que nada
cambió? En el patio los niños jugando juntos sin importar las edades, recordar
los recreos de mi época, ¡eran iguales! ¿Cómo puede ser? Se sentía la sensación
de algo nuevo y a la vez familiar, todo era tan parecido.
¿Será que las escuelas
rurales por estar en ese contexto son todas parecidas? La verdad, en ese
momento no podía responder a mí pregunta, el asombro me ganaba.
Transcurrido el recreo el miedo
había desaparecido, así que al entrar de nuevo al aula la mañana tomó un tono
diferente, ya los niños se disponían a mostrarme sus cuadernos y carpetas, y tal vez por ahí
una vocecita tímida hacia una pregunta.
Al reflexionar sobre esto,
me doy cuenta que los chicos siempre estuvieron dispuestos a acercarse, sólo
que mi miedo no los dejó.
Al finalizar el día escolar
su ternura me desbordó y me hizo estar más segura que nunca de la carrera que
estoy haciendo. Ésto fue cuando al bajar la bandera los niños saludaron a la
seño y me dijeron “chau seño nueva”, esas palabras tan simples pero cargadas de
sentimientos, te hace querer ser, con mayor entusiasmo, una futura mejor
docente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario