Salude a los alumnos, les explique que iba a tomar exámenes enviados desde la Municipalidad.
El día se me paso rápido, y las evaluaciones hechas eran entregadas rápidamente. Indudablemente eran muy buenos en matemática, y no presentaba un desafío para ellos.
El jueves volví, entusiasmada. Entre al establecimiento,luego al aula, tome mis cosas y me acomode en el escritorio, salude a los alumnos y comencé a entregarles las evaluaciones de Lengua.
Repetí las indicaciones de la clase anterior, y los deje empezar.No paso mucho tiempo hasta que comenzaron a hablar en tono más fuerte y se levantaran de sus lugares para acercarse y preguntarme que debían hacer.
Tome una decisión: la evaluación se haría de forma oral entre todos, debatiendo e intercambiando ideas.
En la última actividad debían escribir un cuento...En el fondo había dos niñas, que comenzaron a utilizar el celular, dejando la evaluación de lado. Las alumnas comenzaron a reírse y me mostraron algunas publicaciones de Facebook que veían desde su teléfono.
Les pregunte porque no escribían esa historia de amor en el cuento que debían realizar, y que ellas les inventaran un final que les pareciera correcto.
Ambas me miraron, sonrieron y comenzaron a escribir.
-No sabíamos que podíamos usar el Facebook para escribir cuentos- me dijieron
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